Muy próximo al erizo y a la musaraña, los tenrecs de Madagascar son los insectívoros más grandes del mundo. La mayor parte de ellos posee un rabo rudimentario. Sin embargo, hay una excepción a esta regla; lo demuestra el ejemplar de la foto, que tiene un nombre revelador en tal sentido: Microgale longicaudata. Como si quisiera compensar en él la falta de rabo que poseen los otros tenrecs, la Naturaleza le ha dotado de un apéndice desmesurado, proporcionalmente mucho más largo que el de cualquier otro mamífero; para fijar mejor esta idea diremos que si las vacas tuviesen su apéndice posterior de longitud proporcional al de este insectívoro, arrastrarían un rabo de cuatro o cinco metros.
Como todos sus congéneres, el tenrec de rabo largo sólo se nutre de insectos; los atrapa al vuelo o los saca de su nido con ayuda de su largo y puntiagudo hocico. Durante el invierno (es decir, desde mayo a septiembre, ya que la isla de Madagascar está situada en el hemisferio austral) se oculta en el fondo de su madriguera; pero se cubre con una espesa capa de grasa, a fin de soportar sin daño este período de abstinencia.
Como todos sus congéneres, el tenrec de rabo largo sólo se nutre de insectos; los atrapa al vuelo o los saca de su nido con ayuda de su largo y puntiagudo hocico. Durante el invierno (es decir, desde mayo a septiembre, ya que la isla de Madagascar está situada en el hemisferio austral) se oculta en el fondo de su madriguera; pero se cubre con una espesa capa de grasa, a fin de soportar sin daño este período de abstinencia.
Esta vez por su largo rabo, éste es otro ejemplo de animal que pertenece al mundo de los animales extraños.
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