NÁSICO (NASALIS LARVATUS)

En la frondosa selva de Borneo retumba un bocinazo como si fuera un viejo claxon. Es el násico, que utiliza su nariz, en forma de pepino, como amplificador de sus serenatas románticas. Los násicos viven en los pantanos y rías, y se alimentan sobre todo de brotes y hojas jóvenes.
Entre los násicos de Borneo, sólo los machos adultos tienen una nariz enorme (las hembras y los jóvenes tienen una varicita respingona). Con la edad, su apéndice nasal se hace cada vez más monstruoso y llega a colgarles hasta por delante de la boca, hasta tal punto que para comer, los viejos násicos tienen que apartar su nariz. Sigue sin conocerse la función de este órgano, pero podría servir como amplificador de las sonoras llamadas de los machos.
El násico es un nadador y buceador sin par: puede quedarse sin respirar debajo del agua casi medio minuto. De ahí a pensar que la nariz le sirve de tubo respiratorio.