HIPOCAMPO DE AUSTRALIA (PHYLLOPTERYX FOLIATUS)

La endeble y única aleta dorsal del hipocampo o caballito de mar le permite nadar guardando la vertical o estarse parado; cosa poco práctica cuando hay que huir: mejor esconderse. Y para eso nada mejor que un cuerpo dotado de extraños y coloreados apéndices y parecido a un puñado de algas, como hacen los dragones de mar. Las agujas de mar prefieren, por su parte, parecerse a los tallos. Estiran su cuerpo todo el día como si fueran una I. Pero estos peces encuentran refugio sobre todo en las holoturias o cohombros de mar; un extraño animal alargado, pariente de las estrellas de mar y de los erizos.
Para comunicarse, el caballito de mar es capaz de emitir sonidos. Estos ruidos, parecidos a los de las castañuelas, están producidos por el frotamiento de los huesos de la cabeza. Para impedirlo, el animal levanta la cabeza al máximo, como si quisiera estirar el cuello. La emisión de estos sonidos parece ser un medio para alertar a sus congéneres o de llamar a su pareja.
Los dragones de mar velludos o los peces alga sólo se encuentran en los bosques de algas varec de las costas meridionales de Australia. A pesar de su disfraz, deben afrontar diferentes depredadores: rayas, pequeños tiburones costeros, rémoras, rascacios y numerosos carnívoros. Pero su principal enemigo es el hombre.
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