El ciervo del Padre David es sin duda uno de los animales más extraños del mundo. Los chinos lo llaman “ssou-pusiang”, lo cual significa algo así como “no del todo como cuatro”. Con ello quieren decir que el mencionado animal, poseyendo ciertos caracteres de la vaca, el ciervo, el caballo y la cabra, no puede identificarse con ninguno de ellos. Aunque tiene las astas y la anatomía general del ciervo común, su cola provista de crines, al igual que la del caballo, recuerda la de la vaca por su largura, y sus anchas pezuñas se asemejan a las de las cabras. Una auténtica curiosidad zoológica.
Desde largo tiempo encerrados en la reserva del parque imperial de Pekín, estos ciervos extraordinarios fueron en gran parte devorados por la población durante las grandes inundaciones de 1895, y casi aniquilados cinco años más tarde por los bóxeres. Algunos ejemplares traídos a Europa, por iniciativa del duque de Bedford, han prolongado la existencia de la especie en los jardines de la abadía de Woburn, donde llevan una vida apacible.
Desde largo tiempo encerrados en la reserva del parque imperial de Pekín, estos ciervos extraordinarios fueron en gran parte devorados por la población durante las grandes inundaciones de 1895, y casi aniquilados cinco años más tarde por los bóxeres. Algunos ejemplares traídos a Europa, por iniciativa del duque de Bedford, han prolongado la existencia de la especie en los jardines de la abadía de Woburn, donde llevan una vida apacible.
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