Los argentinos han bautizado a este tatú minúsculo con el nombre de pichiciego. No mide más de 15 centímetros de longitud, y como los otros armadillos, ostenta una armadura. Pero en lugar de adherirse a su esqueleto, su caparazón, de veinte bandas córneas, le recubre como flexible manto, bajo el cual puede esconderse completamente, incluyendo patas, cabeza y cola. Otra característica singular: esta armadura está guarnecida de largos pelos sedosos que confieren al pichiciego el aspecto de un topo. De aquí el nombre que se le ha dado en francés: “Taupe cuirassée”.
Este armadillo enano vive generalmente bajo tierra y casi nunca se aventura al aire libre, por miedo a los ocelotes o a otros carnívoros, que no tardarían mucho en atraparle. En caso de peligro se atrinchera en su madriguera de una forma original: tapa la boca de la entrada con su escudo trasero.
Este armadillo enano vive generalmente bajo tierra y casi nunca se aventura al aire libre, por miedo a los ocelotes o a otros carnívoros, que no tardarían mucho en atraparle. En caso de peligro se atrinchera en su madriguera de una forma original: tapa la boca de la entrada con su escudo trasero.
Tanto por su forma de protegerse de los demás animales, como por su aspecto original, este animal pertenece al mundo de los animales extraños.
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