Los taclobos, que viven en los arrecifes coralinos, son los mayores moluscos bivalvos existentes en la actualidad. Cada una de sus conchas puede alcanzar un peso de 100 kg. Han circulado muchas leyendas acerca de estos moluscos gigantes, sobre todo en cuanto a la forma en que atrapan a sus presas, cerrándose bruscamente sobre ellas. Sin embargo, se ha podido comprobar que sus movimientos son muy lentos y que, a menos que sus víctimas queden paralizadas por el espanto, siempre pueden escapar al alcance de sus mandíbulas, estas leyendas quedan desfasadas, se sabe que son parcialmente fotosintéticas y no capturan presas, son filtradoras y se alimentan de fitoplancton.
Cuando el taclobo abre su concha, muestra su manto púrpura, donde se distinguen numerosas manchas pálidas que parecen ojos. En realidad, estos puntos claros no son más que el reflejo del sol sobre minúsculas algas verdes, que viven en los tejidos del animal y que les servirán de alimento cuando se hayan desarrollado más.
Si los taclobos se llaman a veces “pilas de agua bendita” es porque en otros tiempos se utilizaron como tales. Por esta razón, en muchas iglesias europeas y americanas, hay conchas de esta especie todavía en uso.
0 comentarios:
Publicar un comentario